Visita Inesperada En La Ciudad De La Noche
La soledad ha vuelto casa, entra por la ventana y ha saludado el rayo que ha dejado alguna estrella, prende un cigarrillo y viene a hablar conmigo, toma una silla, se acerca y sonríe plenamente, trae un libro antiguo, un libro que presiento guarda tantos secretos como el mar, sonríe desde lejos, me mira, la miro, nos suspendemos en un tiempo sin palabras, se acerca, hay silencios, los silencios de nuestras miradas, se escucha una voz que canta afuera, el viento.
El espacio se ha perdido en la memoria del pasado, la soledad alcanza a recordarme que estoy viva, respiro fuerte, dibujo las ganas de llorar en su mirada, hay latidos de palabras retorciéndose en las enmarañadas olas de su olor interminable, huele a invierno, a eternidad, a otoño y acaso en nuestro estado de contemplación secreta hay paisajes de tristeza, de ausencias venideras, de vagos rayos taciturnos del pasado.
Su dulce voz canta en silencio, caen gotas de sudor por los labios eternos de la piel, el corazón se siente en versos, se estremece al solo recordar que un momento atrás no estaba sola, que habían personas que corrían... Si, corrían sin prisa, y aun así no detenían las distancias.
Y ahora, con ella en frente de mi vida, de todos mis asuntos venideros, llega y vacila cada cosa que pasa por esas miradas de insomnio y tacto de realidad.
La magia se escapa de las paredes intactas de esta pequeña ciudad llamada noche, me he quedado ausente frente a ella, percibo que el aire es mas frío que la espera y que las palabras han quedado guardadas en una botella de vino, ahora me doy cuenta que esa soledad ha venido a recoger lo que queda de imagen y que ese libro anteriormente misterioso, no se encuentra colmado de palabras sino mas bien invadido locas desesperaciones.
Anna.
1 comentarios:
... Sin palabras estoy yo con tu visita...
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