Un Silencio Escrito
Los dedos comienzan a moverse. Las caricias de las horas se entrelazan con el danzar de mi última sonrisa transparente. Sin cuerpo, sin estrellas. Es un día nublado de palabras como el si fuese el día mas difícil de la tierra. Como si estuviera preparando el final de estas revelaciones que agonizan.
Explicar lo que me aferra a la vida me delata en la mirada. Quiero ser noche, nube, mariposa. Volar en las entrañas turbias de un fluorescente parpadeo. Caminar la oscuridad de este sol que me aterra, me devora. Callo en un momento los gritos de mis dedos y soy la más ferviente espectadora de un silencio exagerado. Afonía de una voz que no conozco, de un color que no recuerdo, color de bosque, de árbol, de misterio. Nube de verde movimiento que enceguece las inéditas ganas de reír, de burlar la imaginaria sombra de la muerte.
Es éste un día sin fondo. Y el dolor es un virus que contagia la piel todas las cosas que se nombran. He cerrar la boca de mis manos y permitir que la ola, que bulle de mi cuerpo como un grito, me despierte. No hay horizonte. Inmóvil la palabra que describe la letra de una voz escrita en la memoria. No, no puedo resistirme a abrir los ojos, tomar en conjunto a todos mis sentidos, creerle, releerle y finalmente, permitir que el llanto exiliado de sus ojos perfore mi legítima mirada, me haga marioneta de sus versos y comience a manejar con los hilos que conforman su nombre, mis silencios escritos y mis voces sin letras.
Explicar lo que me aferra a la vida me delata en la mirada. Quiero ser noche, nube, mariposa. Volar en las entrañas turbias de un fluorescente parpadeo. Caminar la oscuridad de este sol que me aterra, me devora. Callo en un momento los gritos de mis dedos y soy la más ferviente espectadora de un silencio exagerado. Afonía de una voz que no conozco, de un color que no recuerdo, color de bosque, de árbol, de misterio. Nube de verde movimiento que enceguece las inéditas ganas de reír, de burlar la imaginaria sombra de la muerte.
Es éste un día sin fondo. Y el dolor es un virus que contagia la piel todas las cosas que se nombran. He cerrar la boca de mis manos y permitir que la ola, que bulle de mi cuerpo como un grito, me despierte. No hay horizonte. Inmóvil la palabra que describe la letra de una voz escrita en la memoria. No, no puedo resistirme a abrir los ojos, tomar en conjunto a todos mis sentidos, creerle, releerle y finalmente, permitir que el llanto exiliado de sus ojos perfore mi legítima mirada, me haga marioneta de sus versos y comience a manejar con los hilos que conforman su nombre, mis silencios escritos y mis voces sin letras.
Anna Bahena.
4 comentarios:
Anna, animos, todo empieza, todo acaba, lo bueno y por fortuna también lo malo. A veces hay que ser ancla y aguantar el temporal contra viento y marea, como decimos por aquí. Hay que ser fuerte y no dejarse arrastrar.
me cubrí de dolor contigo, anna...pero te tiendo mi mano desde fuera...
bss
Um dia sem fundo (um dia sem fim e eterno) é muito bonito. a fotografia também.
Los días en que los silencios duelen. Abrazos.
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