Ciudad a Cuestas
Intacta. La ciudad semeja un bosque de arboles con hojas de vidrio y tallos atiborrados de ladrillo y cemento. Los senderos que deberían ser tierra, solamente se encuentran cubiertos por ruidos que salen de las bocinas de unos transeúntes carros y los animales vestidos corren en las calles. Tengo una ciudad a cuestas. En qué momento he pintado la naturaleza de la realidad, los cuadros de mis sueños se desvanecieron con la última gota de lluvia y el temblor no fue de tierra, fue de miedo. Un miedo sumido a la contradicción y el desencanto de un paisaje inverosímil, al que dibujan los grises en los ojos. Desde una alta torre de marfil vi en alguna noche el lugar donde la emperatriz infantil gobernaba toda Fantasía, y ahora qué, he crecido y la historia interminable se ha escrito con palabras que se odian entre sí, palabras sin diástole ni sístole que permitan bombear sangre de ideas concretas, sangre que supla nuestra tierra para no morir en el intento de soñar, de imaginar clepsidras futuras en niños que un día llegarán y encontrarán la masa amorfa de una ciudad que habla por sí sola : ¿de qué habla la ciudad?. No quiero oírla porque hoy tengo miedo de mí y del día en que los grillos dejen de cantar.
Anna Bahena.
11 comentarios:
mi duda siempre será, ¿somos prisioneros o artífices de ciudades que no nos contienen?
¿somos prisioneros o artífices de nuestro miedo?
Somos dueños de las ciudades y terminamos siendo sus victimas. Creamos lo que nos devora inevitablemente. Por eso cuando nos recorre las venas el miedo, debemos mirar al cielo y tomar la real medida de nuestra estatura. En ese momento y en ese estado de composición, todo pareciera que vuelve a resurgir. Bellisimo, como todo lo tuyo. Una joyita literaria. Un beso grande.
Las ciudades no se oyen a sí mismas. Me ha gustado tu comparación, tus metáforas. Muy bueno el texto.
Un saludo.
A mi me gusta Barcelona cuando se despierta, a las seis y media o las siete de la mañana en un sábado, cuando apenas hay nadie por las ramblas, cuando aún huele a pan caliente al pasar por la puerta de las panaderias y ves a los quiosqueros montando sus paradas de periódicos.
Una ciudad que nos va exprimiendo día a día. Abrazos.
el momento en el que la ciudad se convierte en naturaleza..
los grillos seguirán cantando mientras sigas escribiendo, a pesar de las ciudades.
mil besos*
En vértigo la ciudad nos desprende un atuendo humano, revistiendo esa sensación coherente entre mil pesadillas y cientos de sombras.
Saludos.
Siempre habrá un resquicio por donde se nos cuelen las fantasías. Una grieta en el lodo que refleje el arco iris.
Eres un portento, chica!
la ciudad que nos recibe a gritos ...donde ya se va haciendo indispensable un par mas de ojos;en la nuca para ser mas exactos..ciudad en donde lo que no grita;cruje o algo se rompe mientras se decide quien es el rey de la selva de cemento.
Inmensos muros...
Donde sobre ellos
Se posan nuestros miedos
En forma de estatuas
Plataformas inmóviles
Que bailan al ras
Y al compás del cielo
Sin redes ni sustento
Lógico.
Te envío mi abrazo.
Dani..
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