Pequeña Historia
"El día se hace en la hora más vacía"
Mis manos eran la tumba donde reposaban los restos de mis sueños. Yo vestida de negro era la noche con los ojos abiertos. En el cementerio los cuervos rondaban como estrellas y yo – siendo una sombra de hierro- lloraba letras que caían al suelo partiéndose en pedazos de vidrio.
Anna Bahena.
2 comentarios:
no se han perdido tus lágrimas, son ahora versos.
bellísima pequeña historia.
mil besos*
Florecieron tus sueños.
Germinaron las palabras.
Volaron las letras.
Besitos
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