domingo, octubre 21, 2007

Escrito en La piel


Desesperada la la noche invade el corazón de la existencia,
no estoy en mí,
sólo un recuerdo vago de mi sombra se vislumbra,
alucinada,
tangiblemente en ti...
como una llave,
como un silencio escrito en la distancia.
Anna.

8 comentarios:

Blogger doble_r ha dicho...

prueba empírica de la dualidad del alma...
para que metas las manos en los bolsillos y no te falte...

Anna... tu a mí me...


raúl

2:40 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Cuando éramos pequeños nos escribíamos sobre el dorso de las manos los teléfonos de los amigos, los recados para que no se nos olvidaran. Escribíamos sobre los pupitres, sobre las cortezas de los árboles y, por supuesto, sobre la piel de nuestros brazos, los nombres de los más queridos, de los más deseados. Escribíamos con tinta. El tiempo y el agua y jabón borraban las huellas convirtiendo en manchas borrosas las obsesiones que parecieron eternas. Aquellas 'chuletas' que nos escribíamos en las palmas de las manos sólo sirvieron para aprobar el examen del colegio, luego el sudor las borraba, desaparecían de nuestra piel y, casi siempre, de nuestra memoria. Pero en esos momentos la piel, nuestra piel, se convertía en el libro de nuestras necesidades, en un diario frágil y perecedero.
Saludos.

6:04 a. m.  
Blogger Sandra ha dicho...

La oscuridad de la noche... permite ver más allá de lo que a veces nos hubiéramos imaginado...

Besos.

2:31 p. m.  
Blogger mel ha dicho...

"...un silencio escrito en la distancia.." me quedo con esta frase. Nunca tan real en mi vida.
Besos Anna.

10:08 a. m.  
Blogger RocanLoveR ha dicho...

Me recueroda un post de mi blog, también viví de esos momentos, donde nos trascendemos de alguna manera.Inolvidables instantes.

Abrazos Anna!

11:20 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

la profundidad abismal del instante.

un abrazo!!!

7:15 a. m.  
Blogger Amorexia. ha dicho...

Tus palabras bellas y sinceras son mas que una distancia.

12:17 a. m.  
Blogger Juan B. Morán ha dicho...

No estar en uno, es tan cierto, ser nómadas incluso de nosotros mismos, pero en la huida la vida como bien expresas se vuelve sombra, y la sombra esa llave que nos devuelve a fuerza de hacernos conscientes de lo que ha sucedido.

Si te vuelves otra vez nube házmelo saber para que te mire y te vea pasar por mi cielo.

Beso

1:04 p. m.  

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