viernes, enero 29, 2010
viernes, enero 22, 2010
miércoles, enero 13, 2010
Encontré un Lugar
En la lejana orilla de la tarde hay un mural donde se pinta el silencio, como un descanso de tristeza, un descanso al que nunca le llevan rosas. Hoy que tengo los años rotos y la vida bajo llave en un cofre de madera, quisiera tener en manos un corazón de nubes o un corazón de piedra. No importa la forma, lo trivial es que me haga sentir al menos viva y un poco menos muerta, entre tanta lágrima que baja y se suicida, desde el rostro hasta la noche.
Anna.