domingo, febrero 22, 2009

Annacromática


Luego de quitarme los colores que brillaban en la piel, de desnudar el cuerpo y hacerlo un pequeño soplo de nube, de blanco y de negro, bajo la luz de un sol incandescende, tomé el libro y leí : "Báilame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto. Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor. Sácame de quicio. Llévame a pasear atado de una correa que apriete demasiado. Hazme sufrir. Aviva las ascuas. Ponme a secar como un trapo mojado. No desates las cuerdas hasta que ya sea tarde, demasiado tarde. Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea ni tuya ni mía, que sea de todos. Líbrame del estigma. Llámame tonto. Sacrifica tu aureola. Perdóname. Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora. No me arrastres. Vete lejos. Pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo. Sangra mi labio con sanguijuelas de colores. Fuma un cigarro por mí. Traga el humo. Arréglalo y que no vuelva a estropearse. No lo toques. Échalo fuera. Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora. Sueña retorcido. Sueña feliz que yo me encargaré de tus enemigos. Dame la llave de tus oídos. Toca mis ojos abiertos. Nota la textura del color. Hasta reventar. Sé yo mismo y no te arrepentirás. ¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos. Yo te enviaré a los míos. Píllate los dedos. Los lameré hasta que no sepan a miel, hasta que dejen de ser miel. Sal, niégalo todo y después vuelve. Te invito a un café. Caliente, claro. Y sin azúcar. Sin aliento." Vuelve, píntame la piel, con los colores de tus manos.
Poema, Daniel Valdés.
Anna Bahena.

martes, febrero 10, 2009

Hoy vierto el Cuello en el Hielo

Hoy es un día profundamente gris a pesar del azul que inunda la mañana. Llueve en el cuerpo las ganas de gritar, de mitigar el sufrimiento y hacerlo ausencia, palabra. Soy presa de un exilio sin nombre, con una presencia de ausencia indefinible. Hoy tengo miedo y dolor, sonrío. Me coloco la mascara mortal de la alegría. Soy una obra de teatro, el payaso que llora tras una capa de pintura de sonrisas, en busca de sacar una expresión a un otro que nunca será él. Soy lo que soy ahora. Un día nada normal. Un pedazo nostálgico de piedra triste. Un día sin sueños, sin sol, sin nubes. Un día sin cielo, o sí, un cielo de pavimento y cinco tazas de café donde la única luna se hace sombra y las estrellas iluminan el camino silencioso de unas lágrimas blancas. Palabras oscuras sumergen el día tras el batir de unas alas de cera, de pasos vacíos, de gestos amargos. El viento del exilio se ha quedado sin voz. Nunca hubo democracia en este lado autista del abismo. En un día como hoy en que el mar está muy cerca, el oleaje tiembla en las pequeñas arrugas de mi rostro, se suicida en la fría caverna de mis labios donde pruebo la sal de mi propia tristeza. Hay una luna hecha sombra orbitando mis ojos, un día tan absurdamente gris que traté de cortarle las venas al pequeño corazón latiente, sin saber, sin pretenderlo honestamente, que ese corazón era tan grande que es imposible matarlo sin dejar alguna huella.
Anna Bahena.

domingo, febrero 08, 2009

Ojos de Lluvia

"Hay nubes grises que cogen su color al estar cerca de la luna. Hay nubes sin sombra. Hay nubes densas, blancas y brillantes cuyos bordes se tocan. Hay velos blanquecinos formados por cristales de hielo. Nubes como rebaños. Hay nubes negras como montañas oscuras, que en unos instantes cubren el cielo y anegan la tierra de lluvia. Hay nubes como velo de cristal. Y nubes pesadas como castillos. Nubes que nos recuerdan la cara del ser que amamos. Y nubes con rostros que no queremos recordar. Siempre viví mirando al cielo y nunca encontré dos nubes idénticas. Así quiero morir. Mirando las nubes y buscando la pregunta a una respuesta que no conozco..."

A los que aman.
Anna Bahena.