miércoles, septiembre 04, 2013

El Milagro de la Tristeza


Temblando como una gota de agua a punto de caer en la ventana, están mis letras desafiando el vacío que desprende la tristeza. Mi cuerpo inundado de olvido como la casa vieja de la abuela, como los ojos de las flores recién cortadas de la tierra, como los pies descalzos pisando el jardín del país de las maravillas donde la solitaria Alicia -asombrada- me mira desde los lejos, desde las rejas. Se resiste a caer en ese abismo de unos ojos negros porque saben que no es bueno conversar con el amor en la más profunda hora de la soledad. Que no es bueno imaginar con él, las cosas que jamás sucederán, que no es bueno recitarle, cantarle, reclamarle paisajes nunca dibujados para re-crear pasados olvidados. No, no es bueno hablar con el amor de los secretos narrados en los sagrados libros que citan al primer mandamiento de amar a dios sobre todas las cosas, porque a ti te amo más que a dios, ese dios que no escucha, que no ha visto de cerca, todas, todas nuestras cosas.

Anna Bahena.