lunes, septiembre 29, 2008

Una Palabra


"Parece que estuvieras deseando una palabra. Una, seguro, de las que ya he olvidado. Y al tiempo que nos fumamos la noche, seguimos con nuestro etéreo juego de mirarnos entre el humo. Podríamos correr a buscar un diccionario y tratar de encontrar esa palabra que deseas. Intentar pronunciarla juntos y luego volver a olvidarla y luego volver a desearla. Olvidar cada palabra que nos digamos y que siempre nos quede seguir jugando a jugar que nos miramos. Sé que algún día volveré a mí y la paranoia retornará a algún cajón del alma. Tal vez ese día, no necesitemos diccionarios. Mientras tanto sigo jugando a mirarte entre el humo. Y decirte hasta mañana, aunque mañana nunca llegue.

Última mirada, último trago, último cigarrillo, y empiezo a dibujar en mi mente la eterna historia de lo que podría ser y no es."
Lr.
Anna.

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miércoles, septiembre 24, 2008

Un Pacto Para Virir


De regreso a casa dejo mis maletas en la puerta. Hago en ti un pacto para vivir, aunque mi vida sea un bosque de silencio, un jardín azul lleno de unicornios de niebla.

Boomp3.com

Anna.

domingo, septiembre 21, 2008

Viceversa

El día se me cayó de las manos y pedazos de horas han quedado esparcidos por el suelo. No, no hay tiempo ya. Solo un vago resto de materia sobre el piso, mis pasos que parecen caminar fuera de mí y en el aire los abrazos dispersos que respiro. Mi sombra hoy tenia la forma de un ojo, me observaba, se inventaba una sola vida lejos de mí. El vicio constante de la soledad nos puso en evidencia hoy que las palabras cobraban vida para hablarnos. Me dio la espalda. Si, mi sombra, tú. Te fuiste en esta tarde vacía de domingo, te llevaste mis letras, mis espacios, mis vicios. Te llevaste mis semillas de sueños que pensaba sembrar mañana en el jardín del alba. Huiste con mis amaneceres, con mis miedos, mis pasiones y me dejaste sola en esta cumbre del oscuro abismo de mis lágrimas. Y ahora, aquí estoy trazando con mi cuerpo estas palabras, preguntándome si llegarás esta noche, o tal vez mañana en la mañana. Preguntándome si tienes frío, si me extrañas. Afuera la ciudad es peligrosa y sufro por ti. Tengo un miedo extraño porque no te llevaste lo que siento. Adentro, muy profundo, siento tu ausencia traspasando estas paredes de silencio que me ahogan, esta ausencia que dilata los sentidos de la noche. Si sombra tú, si estuvieras acá, al lado de mi cuerpo, seguramente me ayudarías a coger pedacitos de estas horas esparcidas por el suelo, y así, entre tu presencia y mi presencia recordaríamos juntas esta única verdad que nos atañe: que mi cuerpo es tu sombra y viceversa.

Anna.

¿Por qué Anna, por qué?


Porque nunca comprendiste que el tiempo para mí eran tus silencios y tus sueños la vida.
Anna.

miércoles, septiembre 17, 2008

Hoy


"...Por qué no estas acá. De querer ¿quererte cómo? No lo sé. ¿Solo sé que te quiero, que me haces falta. Tu cuerpo, el temblor súbito de tu alma aflorando por cada poro, las ventanas abiertas de tu casa llena de luz, el río desbordado de tu sentir, la canción de musa que penetra mis oídos e inunda mi ser, enloqueciendo mis sentidos y haciéndome desear más… más de todo, más de nada, más de tu ser efímero, cambiante. Como una corriente de aire acaricias mi cuerpo, lo envuelves por completo y como el viento, de repente te vas. Y te busco, te siento, creo verte en otros ojos, en otras caras: pero no sos vos. Solo hay un tú cambiante, volátil, Pero sólo hay un tú, envuelto en el miedo, en los preceptos, en el qué dirán y no te entregas. Le temes a mi yo, a lo que soy, y no te culpo: Yo misma me temo, temo al silencio ensordecedor de mi ser, a la coherente respuesta de mi incoherencia, a mi todo convirtiéndose en mi nada, a mi libertad desmedida, asfixiante. Esa libertad encadenante, tanta se convierte en una carcel. Extraña carcel sin barrotes ni carcelero, inmensa, vacia. Solo yo no mis porqués, con tantas posibilidades y sin una razón, sin ninguna expectativa hacia mí, con cero exigencia, con mucho de todo y al final nada. Un pequeño hilo me ata a esta vida, y quiero una cadena, una cadena fuerte frágil, una cadena de flores y espinas, una cadena que me sujete con los diez dedos y me apriete fuerte, me haga sentir viva, tan viva que me asuste, y quiera salir corriendo, pero no lo permita. Una cadena que me acorrale contra la felicidad, porque ahí está la vida. Entre la tristeza y la felicidad, ahí estas vos, de nuevo con tus medios tibios cerrando los ojos. Diciendo tal vez, medio cerrando la puerta, medio abriendo las cadenas, gritando en silencio, que medio me quieres y medio no. Medio mirando el futuro sin dejar el pasado, preguntando por qué no me he ido, aun sabiendo que la respuesta es fácil: No me he ido, Porque nunca llegué... "
Caliope
Anna.

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martes, septiembre 16, 2008

Palabras: Escaleras de Lluvia Para Tocar al Cielo


Esta noche tiene los ojos vendados de nubes. La cortina de viento ha dado vida a la ciudad fantasma. Penumbra de luces inconclusas se divisa a lo lejos bajo esta hora sin tiempo. Y acá, en la mitad de la nostalgia: el frío y yo, tratanto de llegar al cielo.
Anna.

jueves, septiembre 11, 2008

Amorfismo


Y la forma de sus cuerpos se hacen una sola vida. Humo y ceniza se resbalan por la espalda del tiempo a la luz de una vela.Con los ojos cerrados pienso y no, existo. Muerdo los labios con los latidos de mi última espera inesperada, latidos que culminarán su viaje en este instante, justo cuando las letras sobre el gélido teclado: pongan un punto final a tu preciosa hazaña. Organismos acabildados por la misma palabra inexorable, prosa existente en aquel delirante vaivén de sus locuras. Cuerpos bañados en tonos matizados por el fuego y la nostalgia, el dolor y estos demonios que no me dejan respirar ni mis palabras.
Anna.